"...tiempo para mirar un árbol un farol,
para andar por el filo del descanso,
para pensar qué bien hoy es invierno,
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo..."
[Tiempo sin tiempo - Mario Benedetti]
El tiempo es tan descaradamente autónomo que hace "lo que le da la gana" pasa y se detiene cuando quiere, pasa y corre cuando no quieres. Es absurdamente caprichoso y manipulador, te hace creer que lo controlas, que lo manejas lo mides y lo ahorras pero la verdad es que se maneja solo, no hay quién lo mida en la vida real -apenas lo registra algún reloj- y se desperdicia a sí mismo en cualquier domingo eterno sin chance de ahorrar aunque sea unos minutos de alguna tarde de verano...
En el tiempo están tus olores, tu voz y tu piel, suspendidos eternamente en forma de recuerdos en mi mente; ahí mismo, en el tiempo, quedaron mis anhelos, mis sueños y mis miradas (unas más profundas que otras), también flotando en forma de olvido.
Hoy quiero reclamarle al tiempo, mi tiempo, el que ya viví y debería pertenecerme, quiero arrancarle a los recuerdos tus olores, tu voz y tu piel para repetirlas en mi nariz, en mis oídos, en mis manos... imposible. Tampoco he podido devolverle a ese tiempo, como he querido tantas veces, mis anhelos que ya no quiero, mis sueños que ya no cumpliré y mis miradas que ya no te ven más.
Ahora estoy aquí con vos o conmigo, y me pregunto si es culpa del tiempo o es una incapacidad natural del ser humano, una incapacidad inhumana además... pero no es culpa y no es incapacidad, y no, no hay tiempo para resolverlo.
WARCELA
(muchas cosas pero no cualquier cosa -menos una pata-, aunque vilmente asesine mis propias ideas seré una psicóGata, vos si querés podés entender que se trate de una psicóloga gatuna, medio rayada también)