¿Que es lo que significa estar solos en esta época?
Me hago la
pregunta y al mismo tiempo una voz dentro de mí, responde con un: “Daaaa… ¡qué original!” y si, no es como que se me acaba de ocurrir a mí por primera vez en la historia de la
humanidad. Ya sé que no. Mil y mil personas (antes y después de mí) se han
hecho esta pregunta y se la van a seguir haciendo. Y aquí estoy yo, con mi duda
existencial acerca de estar sola.
Sola en
medio de mi trabajo, sola en mi cama junto a mi esposo, sola en la mesa
cenando con mi hija y sola en el carro con algún podcast de fondo en el celular para llenar el silencio. Sola en el chat con decenas de conversaciones iniciadas
con amigos de muchas partes del mundo, amigos de la infancia, amigas del
colegio, amigos que con los años se volvieron parientes y parientes que con los
años se volvieron hermanos. Pero, sin embargo, a pesar de todo eso: sola.
Este vacío
como un hueco en ninguna parte y que no se llena nunca, es una causa común a
los mortales y yo digo que si tantos nos sentimos identificados con esta
sensación, con este vacío, con esta soledad, con “esto” que no cabe bien en su
definición o que no se llena con ella… ¿por qué no logramos acompañarnos en la
travesía y hacerla, de paso, menos confusa? menos densa, menos odiosa. ¿Dónde están
los otros solitarios? Ah! Si, seguramente confundidos e histéricos en algún club
de “solos y solas” maldiciendo el disfraz de los grupo de Facebook que en
realidad son para buscar pareja y que al final ni eso, porque son apenas una
manera de hacer parecer más digno un Tinder sin app, que es en todo caso lo
mismo: A la caza de un "otro para coger" y nada más.
Y claro,
ahora que lo pienso, por ahí va la cosa. Los humanos (o apenas los latinos)
pensamos que estar solo es sinónimo de falta de amor. Y no. Yo estoy segura de
que soy muy amada y este bulto de soledad no es de mi buen esposo o de mis
hijos o de nadie más. Es mío. Lo cargo yo. Yo me siento sola no porque no tengo
compañía sino porque la soledad esta dentro de mí (en el alma o en la mente, si
no son lo mismo) y no afuera de mi cuerpo, junto a mí. Tal vez como el verso,
solo estoy distraída y la voz esa que siempre me habla con este tono perverso, me sentencia: “o deprimida” ay… hijuepueta, no parce ¿otra vez? Pues, yaaaa soltame universo, estoy medicada hace mas de
5 años y al vértigo de esa caída al vacío que es la depresión, no quiero
volver. Yo soy una mujer muy
inteligente, no tengo dudas y tengo buenos motivos para celebrar la vida y
circunstancias privilegiadas frente a muchas personas, no me falta de nada y lo que me falta me hace dar ganas de ir a por ello casi siempre (otro libro,
unos zapatos, otro gadget o un carro mejor) También sé que en el mundo, en mi país, en esta
ciudad y en todas partes hay muchas personas en condiciones mas complejas y más
duras (verdaderamente duras) que las mías. Por lógica, yo no tengo por qué
estar triste… pero ah! Ching…madre, qué hacemos pues si me siento así: DOLOROSAMENTE
SOLA. Esta vaina no media la razón, ni la lógica, ni los motivos, la familia o el merecimiento.
O sea que en conclusión:
no hay conclusión. Se trata de un ejercicio que vengo haciendo hace mucho
tiempo. Teniendo paciencia cada vez que habito esta soledad, confiando en que
mañana no va estar. Y a veces funciona, mañana no esta y pasan un par de días o
tres en que no esta… pero a veces, se queda, se instala y me agota la paciencia tras largas semanas y semanas y despertando
con este hueco en ninguna parte, simplemente Sola.
No intentés entenderme, yo no pretendo tanto. Yo me vacío de esas ideas y las dejo aquí, por lo pronto con eso alcanza para confiar un día más (uno a la vez)
WARCELA
¡Universo Dame Más!