lunes, 31 de marzo de 2014

Afuera de la famosa "Zona de Comfort"


He oído decir que la vida está esperando por mí, 
que es hora de salir de mi zona de comfort,
que tome riesgos,  que pare con mi sobrevivencia... pero ¿cómo?

Hace mucho tiempo, leyendo tanta cosa que cae en mis manos, di con esta historia que hoy me hizo recordar un buen amigo, quien está en su momento de cruzar la puerta de la zona comfort marcada con un gigante y luminoso: "EXIT"; para este buen amigo, atento, caballeroso, enamorado y gentil, mis mejores deseos porque sé que esta salida no es facil y al mismo tiempo estoy segura que le irá más que bien en esa aventura de la incomodidad, la de vivir la vida como se vive honestamente: viviéndola!!!! ¿cómo si no?

"Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas. Así que para alimentar a la población japonesa, los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes y así pudieron ir mar adentro todavía más lejos. Mientras más lejos iban los pescadores, más era el tiempo que les tomaba regresar a la costa a entregar el pescado. Si el viaje redondo tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco. A los japoneses no les gusta el sabor del pescado cuando no es fresco...

Para resolver este problema, las compañías pesqueras, instalaron congeladores en los barcos pesqueros. Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores. Además los congeladores permitían a los barcos ir aún más lejos y por más tiempo. Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el pescado fresco, y no les gusto el pescado congelado.

El pescado congelado se tenía que vender más barato... Así que las compañías instalaron tanques para los peces en los barcos pesqueros. Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques, mantenerlos vivos hasta llegar a la costa de Japón. Pero, después de un poco de tiempo, los peces dejaban de moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados pero vivos. Desafortunadamente, los japoneses también notaron la diferencia del sabor. Porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor 'fresco-fresco'.

Los japoneses prefieren el sabor de los peces bien vivos y frescos, no el de los peces aburridos y cansados que los pescadores les traían...

¿Cómo resolvieron el problema las compañías pesqueras japonesas? ¿Cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco? 

La solución que encontraron los japoneses es por demás original, Invitaron a un tiburón a sus tanques... así es como los peces japoneses se mantienen vivos: para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras todavía ponen a los peces dentro de los tanques en los botes pesqueros.

Pero ahora ellos ponen también ¡un TIBURÓN pequeño! Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos... ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, ¡para mantenerse vivos!

Aplicar el principio de resolución del problema de los pescadores japoneses a las personas , es aplicar lo que dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50. "Las personas prosperan, extrañamente más, solo cuando hay desafíos en su medio ambiente".

No tengo ideA de La vEracidad de esta historia, pero me deJó una huella en su mOmento, haLlo gran valOr entre líneas y esPero quE también te Resulte de vAlor mi querido amigo, ¡¡¡éxitos con este tiburón que estás por meter en tu tanque!!!

WARCELA 
(muchas cosas pero no cualquier cosa -menos una pata-, aunque vilmente asesine mis propias ideas seré una psicóGata, vos si querés podés entender que se trate de una psicóloga gatuna, medio rayada también)

jueves, 6 de marzo de 2014

Una Montaña Rusa

Henry Fiol ♫ Montaña Rusa ♪

"...sube y baja de la vida.... 
baja y sube de la vida es casi igual..."

Mil veces he tenido esta sensación de subir y bajar, y mil veces me he preguntado ¿por qué me volví a subir? El amor es una montaña  rusa en muchos sentidos, no creo estar sola en este parecer, no te ha pasado a vos también?

Es eso, o los amantes son los más extremos de los adictos a la adrenalina y han convertido el dulce romance en una experiencia de vértigo, haciéndose su propia fórmula mágica de relaciones que les proveen dopamina, serotonina y endorfinas... quién con motivación, buen ánimo y sensación de felicidad, querría otra cosa de un amoroso noviazgo? aaaahh! pues muy facil: los enamorados!

Hoy no parece que bastan la paz y la tranquilidad, nadie se siente completo en armonía, algo desde dentro anhela el caos y se las arreglan para forzar el aparecimiento de cualquier barahúnda, para desesperadamente construir la salida y propender por la paz y la tranquilidad, subir para bajar y bajar para subir... la montaña rusa ésta, de la que te hablo, es el caos mismo, pero en nombre del amor todos nos subimos en esta "atracción" una y otra vez para comprobar en cada oportunidad que cuando te bajas, todo lo darías por subirte en la más disfuncional de las montañas rusas y cuando te subes, no soportas casi  nada en el afán por bajarte a ver desde la soltería, con pesar (y mucha envidia) los que siguen de arriba para abajo y de abajo para arriba.

Si es que de verdad es de esta manera, y conocido por todos también, cómo es que los brillantes hombres y mujeres del siglo 21 no se han inventado una "contra" para este discomfort obligado del amor, como es que nos seguimos amando "a la antigua" en una lucha desesperada por vivir a la vanguardia de la tecnología, la virtualidad, la igualdad de géneros, el derroche de feminismo y esperando una romántica propuesta de matrimonio aunque no sea romántica pero si de la talla perfecta de cada quien, todos tan claros y sinceros todavía esperando ser adivinados, obviedad vs. honestidad.

Yo, que también habito este siglo y que me he subido un par de veces en esa montaña rusa, confieso que me he disfrutado la velocidad, la adrenalina, la emoción, la dicha, la tensión, las subidas y las bajadas, yo también he querido bajarme en la mitad del viaje y hasta he intentando subirme cuando pasa frente a mí, a toda velocidad un vagón que no era para mí; pero si de un panorama ideal, de cara a la montaña rusa, estuviéramos hablando, yo quisiera que la mía completara pronto esta carrera en un paraíso tranquilo...


...flotar en la ternura, nadar en la pasión, discutir en remolinos de mi propio romance y surfear entre las olas de un amor bonito!

Eso, claro, si estuviéramos hablando de un panorama ideal.

WARCELA 
(muchas cosas pero no cualquier cosa -menos una pata-, aunque vilmente asesine mis propias ideas seré una psicóGata, vos si querés podés entender que se trate de una psicóloga gatuna, medio rayada también)